Fue un gran recital el de Keane anoche en el Luna Park. Por diversos motivos, hay varios detractores de la banda que los tildan de aburridos. Lo cierto es que este cuarteto inglés tiene muy en claro qué música hace y para quién, y la defiende sobre el escenario con una grandeza irreprochable.
La calidad de la música de Keane es indudable y, más allá de tener algunos temas “livianos” como “Spiralling” o “Is It Any Wonder?”, la banda tiene en su haber un puñado de composiciones sublimes que crecen enormemente cuando son intepretadas en vivo. Este fue el caso, por ejemplo, de “Bend and Break” o “Bedshaped”, ambas pertenecientes a Hopes and Fears (2004), que generaron momentos cumbres anoche en un Luna Park repleto.
Con influencias de Queen y David Bowie (evidentes en el tema “Perfect Symmetry” y palpables, junto con otras fuentes de inspiración, en varios temas más), Keane basa su búsqueda en un rock alternativo desde el sonido del piano. Los teclados de Tim Rice-Oxley (responsable de la mayoría de las composiciones de la banda) sonaron precisos y fuertes (quizás demasiado en el solo de “Hamburg Song”) y, junto con la gran voz de Tom Chaplin, le dieron un excelente nivel al show. Esos dos elementos, caballos de batalla del estilo musical de Keane, cuentan además con el bajo de Jesse Quin y la batería de Richard Hughes para crear un sonido más rockero.
Si bien los agudísimos gritos del sector femenino del público resultaban por momentos algo irritantes –se nota que es una banda que provoca grandes fanatismos–, la energía que se generó fluyó de arriba a abajo del escenario durante la hora y cuarenta minutos que duró el recital y fue clave para el clima de alegría que acompañó el show. Chaplin, más suelto y seductor que en su última visita al país, se encargó de agradecer en todo momento (la mayoría de las veces en castellano), y destacó la entrega del público: “La atmósfera en esta sala fue increíble”, dijo antes de atacar “Crystal Ball”, tema elegido para cerrar el show. Además, mencionó en reiteradas oportunidades que Buenos Aires le parece una ciudad “mágica” para tocar, y contó que durante estos días pudo jugar al fútbol y comer carne argentina.
De esta forma, bajo los rayos blancos y negros del sol de Strangeland enmarcando el escenario desde atrás, Keane dejó su huella una vez más en Buenos Aires. Esta noche, dará su segundo recital en el Luna Park.
Setlist
You Are Young / Bend And Break / On The Road / We Might As Well Be Strangers / Nothing In My Way / Silenced By The Night / Everybody’s Changing / She Has No Time / Perfect Symmetry / Spiralling / A Bad Dream / Hamburg Song / My Shadow / Disconnected / Is It Any Wonder? / This Is The Last Time / Somewhere Only We Know / Bedshaped / Sea Fog / Sovereign Light Café / Crystal Ball
Texto: Florencia Nijensohn
Fotos: José Luis García
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